jueves, 13 de marzo de 2014

A Lima le vale el Perú

¿Habra fantaseado Pizarro un gran banquete en Lima cuando bautizo la ciudad como la “ciudad de los reyes”?


Quien haya visitado Lima seguramente se reconozca en dos cosas: La primera es que el transito es un infierno, la segunda es que el paraíso existe y habita en cada plato de comida de aquella nublada ciudad.

En menos de un año tuve la gracias de contar con tres motivos diferentes, y en suerte en 3 diferentes momentos. Sin duda es a la tercera en la que uno finalmente le cobra un sentido a los encuentros. Este tercer viaje, un poco de corridas, un poco de trabajo, un poco de charla con viejos nuevos amigos fue por sobre todas las cosas un viaje del paladar.
¿Que hice mi semana en Lima? En mi semana en Lima comí, porque si hay algo que  pasa en Lima es que uno come y encima come bien. Y la mejor parte es que en esa ciudad se come bien en cada rincón.

En este ultimo viaje decidimos modificar la creación y diseñar nuestro propio mundo: Estamos en la ciudad donde los chef hacen quirófano de sus cocinas, recitan poemas en sus comidas, ilustran sabores en las papilas gustativas. Estamos en la ciudad donde quienes cocinan dan cátedra a los demás, firman autógrafos en la calle, hacen cadena nacional, la gente se toma fotos con ellos para luego hacer alarde en las redes sociales. Son celebridades. Son los Beatles de la fusión de alimentos.

Miraflores huele a Acurio Nro1., y de la mano de su propuesta comenzó este recorrido a ojos cerrados y boca entreabierta ¿acaso estamos hablando del beso de los dioses?, algo del estilo.

Un 30 de octubre del 67' Dios sintió hambre y se puso a pensar algo bonito, y sin duda alguna de ese pensar bonito fue que nació Gaston Acurio. “Un tocado” dirían en mis pagos.
La fantasía te lleva a pensar que Acurio tomo la decisión de que la gente coma lo que le viene en ganas y que él personalmente iba a diseñar un plato para cada uno de esos deseos. Bajo su ala es imposible no encontrar el bocado perfecto. Si querés italiano visitas Los Bachiches, si se te antoja un estilo americano de lado a Los Bachices te encontrás con Papacho's una hamburguesería de alta costura. Si te provoca dulce Tanta es el lugar en el que hay que estar.

De paso por la tarde, mucho antes del Pisco Sour y mucho antes del Suspiro Limeño no dejen de hacer un parate en La Lucha, un lugar popular de paso frente al parque Kennedy.

¿Y el Ceviche? ¿Visitar Lima y no comer ceviche?
En este caso en particular me fue imposible probar el ceviche, era el plato o yo ¿debería de haber elegido el plato?. Pero por orden transitivo quienes me acompañaban tuvieron ese encantador privilegio y en textuales palabras “Uno solo puede venir a Lima a comer ceviche y volverse a su país sin mas”. Hacer un viaje tan largo solo por un plato de comida: es que aquel sabor lo debe valer sin duda alguna. Por cierto, La Mar es un gran lugar.

Este juego de Acurio lo estamos empezando de revés. Si hay una gran mujer hay un gran hombre, si hay un gran hombre hay una gran mujer. Astrid. Debería de ser un adjetivo.

Astrid&Gaston no solo es una linda historia de amor, sino también un gran banquete. Es ver la obra mas bonita desde primera fila. Es el lugar, su ambientación, la mezcla de olores, la música. Cuando pasas las puertas de Astrid&Gaston sentís que sos amado. El trato, cada alimento, hay una energía que se respira y se degusta, todo es un roce que eriza las sensaciones.
La carta esta divida en dos partes: Por un lado esta Gaston haciendo una destacada propuesta de matrimonio y por otro lado esta Astrid deslizando el anillo que le calza al dedo. Sin duda existe aquello de que dos tienen que estar juntos. Y sin duda es bien cierto aquello de que cuando reconoces a tu mitad la propia se potencia y construyen dos grandes mitades. Eso es Astrid&Gaston, es el encuentro planeado de un deseo desconocido que basta con cerrar los ojos y dejar al paladar hacer lo suyo para reconocer que aquello era lo mas deseado.

Y caminen Miraflores, recorran sus huecos hasta caer en el Rincón de Chami y así darse una panzada de bocados: papa a la Huancaina, Ají de gallina, estofado de res, lomo saltado, Causa Limeña. ¡Y atentos! En Perú no hay comida si no hay jugo de Chicha
Y para nosotros, los visitantes, que la Cusqueña venga bien helada.

La mesa esta servida, ¡buen apetito!


Esquire España - Octubre 2013

martes, 11 de marzo de 2014

El verbo "rechazar" y su presente imperfecto

Llega la respuesta que corresponde al mail de envío, ese mail -que en mi universo ideal- me informa con ok que lo enviado en el mail está ok. Pero esa respuesta de mail decía lo contrario, más bien esa respuesta de mail decía lo siguiente: "Victoria, no encanto la nota, es fresca, divertida, apasionada pero estamos buscando algo más real, necesitamos ese enganche que hace que los consumidores se sientan identificados con la lectura ¿te animas a hacerla nuevamente?. Saludos."

"Más real" -pensé. ¿Más real para quien? ¿más real que cosa? ¿más real lo que con qué?. Y acaso ¿de donde es que suponen saco lo que escribo?.
Me rechazaron una nota al son de "Hacela más real". Realidad señores, la gente quiere realidad. En el mundo que te hace pensar que la Coca-Cola hace que los padres no se divorcien me piden a mi, un grano de arena en este enorme universo, que sea "más real". Saben una cosa manga de mediocres emocionales, ustedes vivan su amor real con los pies bien bien sobre la tierra, yo mejor me quedo viviendo el que te hace flotar mientras ocurre, que no le quita nada de real, porque la sensación, esa de que tus pies estén 10 cm por encima de los baldosones, esa es tan real como el pellizco que en este instante me estoy dando, como las medias corridas a causa del saludo de mi perro esta tarde, como la pelusa que observo a 2 metros de distancia, así de real es. Claramente que no respondí eso, del amor no se vive, che!. Les respondí: ok, dale! lo intento! Saludos!.
Si soy cobarde ya lo se, y estúpidamente rebelde al escribir mi descarga en un espacio publico, también lo se. Pero en tal caso ¿esto no es también realidad? Que la gente se moleste, ofusque, despotrique ¿eso no es la real realidad?. ¿Acaso si te muerden no gritas?.

Algunos, algunas veces, contamos con la suerte de elegir vivir la realidad de otro modo. La mía la vivo así. Con ustedes: la nota rechazada. Una nota más para mi papelera de reciclaje, una menos para la publicación gráfica.




En un lugar llamado amor

Las distancias se cuentan en millas, la mente se instala y empadrona en el lugar que le va quedando, el que va encontrando. Algunas veces se hospeda en lugares jamás conocidos. Suelo pensar que mi karma en está vida son las distancias. Seguramente, en mi anterior vida, todo me quedaba de mano.

Para el desencuentro la distancia es menor que para el encuentro. Pero eso no le pasa al amor. El amor ocurre siempre en un lugar llamado Notting Hill, aunque el té no sea sabroso ni en hebras y las calles no se definan como "esas callecitas pintorescas colmadas de ese no-se-que-que-que-se-yo". El amor vive en Notting Hill, duerme en Seatle, dice te quiero en Paris, desayuna en Tifannys y se pregunta ¿que es lo que le paso a Harry cuando conoció a Sally?.

Hay dos tipos de historias de amor -hablando de las que ocurren- por un lado están esas donde dos se conocen, se enamoran en dos dias y de pronto pasaron dos aniversarios de novios, se presentaron sus amigos, familias y ya llevan contada una navidad.

Por otro lado está la otra, la de la sal, la pimienta, el azúcar, los tomates verdes fritos, todo eso todo junto. Las que nos cuentan Flaubert, Dumas, Esquivel, Migre, Werthers, Estevanez, Austen, Shakespeare, Candance, Garcia Marquez.
La historia es más o menos así: dos se conocen, salen, se encuentran, ella le pretende más o es él quien pretende más a ella, la cosa es que "los más" no se pretenden en simultáneo. Ocurre entonces lo evidente: el que primero pretendió pasa a pretender menos cuando el que pretendió menos pasa a pretender más. Dirán diferentes timming, yo digo que la historia así cuenta que son las grandes historias de amor. ¿Acaso dos que se encuentran y de buenas a primeras se funden en un uno, único, no-mas-dos es algo que venda ejemplares, entradas de cine y que amigos o amigos de  amigos estén interesados en escuchar?.

El amor sin sal, pimienta y azúcar es como una internación  sin diagnostico a la espera del alta o de la muerte.

Retomemos la hipótesis, supongamos que resulto que ella si quería estar con él, y justo-justito cuando abrió la boca y "lo dijo". Lo imaginan ¿no?.  Uff, que suerte que lo imaginen, así evitamos la parte que cuando ella lo dijo él respondió un No elegante.
Los No elegantes son el peor de los NO, es difícil discriminar la pureza de su NO, cuanto porcentaje de SI ocultan, de cuento No nos hablan, cuanto de negociable hay para transar con un SI -algo dudoso, miedoso, entusiasta.

El quid de la cuestión esta en el cuando ¿Cuando es momento de dejar de intentar encontrase con ese SI, que nos late por ahí anda, que intuimos que la punta de una lengua lo tiene de salida? ¿Cuando es momento de decir adiós y dar la vuelta?.

Si esta historia es de esas historias debería de ocurrir lo siguiente: Al momento en que el cuerpo se desploma ya sin esperanzas, abandonando ese sin sentido de lucha por un algo que nadie disputa, cuando la primera de las ultima lágrimas asoma la mano, ahí, ese NO elegante hace sonar los recursos, destrona al silencio, se reconcilia con el encuentro y corre a tomarlo de la mano, seca con su puño la primera de las ultimas lágrimas sin dejar que llegue al borde de la boca -ya que los contratos cerrados en húmedo borronean la firma. Y ese NO elegante, que tanto de SI tenia, olvida por completo lo que alguna vez fue porque solo sabe bien -y sabe bien- ser un SI.

Y cuando eso pasa (*suspiro), cuando eso sucede viven en un lugar llamado Notting Hill, duermen en Seatle, se dicen te quiero en París, desayunan en Tifannys, y Harry responde que paso cuando conoció a Sally, ya que nunca dejo de tratarse de un alguien, delante de otro alguien, pidiendo que lo ame.

martes, 14 de enero de 2014

La venganza es un plato que se come

No deja de darme vueltas eso de que si algo ocurre repetidas veces es que quizás en ese algo haya un otro algo que aprender, y no dejaba tampoco de sacarme una sonrisa ruidosa eso de que el señor algunas veces obra de maneras misteriosas. Un poco que me río de las suposiciones, otro poco que creo un poco en todo, hasta en lo mas ajeno. Entre ambas curiosidades no podía evitar preguntarme de que trataba nuevamente, esta vez, o todas las veces, que la heladera deje de funcionar, muera bien muerta y pasado un lapso de tiempo mas que fastidioso nuevamente se la enchufe y vuelva a funcionar. Esta vez el enchufarla no genero aquella falsa alegría ni la victoria fácil que obsequia la suerte mágica, esta vez pensé, esta vez mas que pensar, perdón cuestionar también es pensar o en tanto convoca a ello, esta vez me pregunte ¿que es lo que no estoy entendiendo y esta heladera insiste en que lo haga?. Y fue ridícula la pregunta mas también ridículos los argumentos. Puede que la heladera intente que entienda de que trata el tiempo, de que tratan los otros y de las opciones sobre como plantarse frente a eso, a lo intangible, a lo que esta fuera de nuestro movimiento, a lo impredecible, al estado que van cobrando las emociones mientras uno se lamenta, se afecta, se desespera, se decepciona, se desinteresa, la llegada de la merma y como empieza lo afectado a tornarse lucido y de ese modo despejar la mente para poder ver que siempre, pase lo que pase, hay opciones.

Quizás sea una heladera mas de las que se rompen cuando las bajas y las altas se disputan, o quizás sea que algunas veces lo que deja de funcionar, lo que se rompe, nos desespera, nos frustra, nos angustia. Pero al dejar pasar el tiempo, darle distancia a lo sucedido sin dejar de ver cada día que el problema, aunque roto, aunque sin uso, no deja de ser problema ni por la tristeza ni por el reemplazo. A mi me paso un mes, un mes en el que mamá no soporto que no tuviese heladera y me trajo de inmediato una suya. Un mes donde nuevamente recordé que también se puede vivir bien con mucho menos, que indispensable es una justa circunstancia. Un mes donde el problema fue tapado por el reemplazo pero cada mañana, la costumbre, la maldita y seductora costumbre, esa que nos hace sentir tan seguros y bien plantados, esa cada mañana hizo que yo camine directo a tocar el cadáver del problema. ¿Por cuanto tiempo es posible hacerle frente a lo que dejo de ser?. 
Algunas semanas después el cadáver seguía ahí pero ya no me afectaba, me acostumbre a vivir con eso y no a vivir para eso. Y mi rutina cambio y cada mañana era lo nuevo, viejo y prestado mi nueva costumbre.  

Los otros soportan mucho menos la pena de lo que uno es capaz de soportar. Mi encantadora y dulce Camila decidió prestarle ayuda a mi imposibilidad, porque podes tener un muerto viviendo en tu casa y puede que pase el tiempo y te acostumbres, tus rutinas cambien y ya no te afecte pero de todas formas al muerto se lo cura o se lo vela. Ella cada día a las 13 horas me llamaba para recordarme que arregle mi heladera y yo cada día respondía a su recordatorio "mañana quizás lo haga, hoy no".

Pero fui entendiendo, el reemplazo no quito la incomodidad. Fui entendiendo, siempre trata de tiempo, del anticipado, del retrasado o del que llega en el justo momento, el mas difícil de todos, lo que hay que aprender es a esperar. 

Sonara absurdo pero tenia la corazonada, ¿la esperanza será?, de que tenia que dejar pasar el rato, que se calmen nuestros humores, que pasen muchas mañanas de sol y que un día sin más, ese día que parece nunca llega, el menos pensado de los días, ese día simplemente yo iba a enchufar esa heladera, mi heladera y ella simplemente volvería a mi vida. Porque lo que es para uno, lo que es de uno, esta con uno y sobrevive, solo para seguir viviendo. 

La enchufe y funciono.

Otros dirán que fue suerte, ¿será?.



sábado, 21 de diciembre de 2013

Al amor le llueve para poder darse cuenta de que es amor

(Para escuchar mientras se lee: Linger - The Cranberries)

Resulta que un día de mucha lluvia lo que produce es mas que agua a borbotones y corridas. Parece que un día de mucha lluvia puede llover tanto que todo el papel se va desarmando hasta el punto de convertirse en un gran engrudo, que comenzamos a arrancar porque es pegajoso y además molesta, y vamos quedando desnudos y con la piel de un pollo. Y eso resulta en un día de lluvia, donde en una ciudad tan grande como la que imaginamos, con tanta gente, se vuelve imposible conseguir un taxi para volver a casa. Para llegar a casa impaciente, con extremada prisa, casi queriendo que las escenas de cuadras y cuadras, que suceden mientras el auto circula, deseas se hagan cada vez menos visible. Que llegar sea algo rápido, instantáneo. Y subir de a tres escalones y que la ansiedad le juegue la mala pasada a las manos y las vuelva torpes, porque el corazón late tan fuerte que el lado de las llaves se marea, y casi en un grito abrir para volver a cerrarla ya del otro lado. Y confesarle al silencio, a la casa tomada por nadie mas que uno: definitivamente estoy enamorada. Y sonreír a causa de ello.

Estar enamorada. Es una parte previa al concretar. Uno se enamora sin estar informado de la correspondencia del amor. O al menos eso fue lo que ocurrió en esta historia, y entre nos (son las que mas me gusta sucedan).

Hay dos tipos de enamorados: Uno que se produce efectivamente saliendo con alguien bajo la intención de que sea amor, el otro es el que sucede sin que te des cuenta, conociendo a la contraparte, y como aquella intención de enamorado no existió previamente, de pronto, así como si nada, te das cuenta: es amor.

Una vez alguien me dijo lo que alguien le dijo y es que no existe enamorado sin enamorado, de que el amor en términos de tiempo sucede en ambas partes del asunto amor. Y yo le creí al que le dijo al que me dijo. Una correspondencia entre partes suena a algo sensato, aun mas si la correspondencia tiene que ver con el acto noble de amar. 

Entonces esa noche nos quedamos pensando, y a la mañana siguiente un poco mas ¿acaso el amor sin concretar no queda reducido a una poesía amorosa que comienza con una lluvia y culmina con una gota?. Caminando un poco mas te encontras con los mas nobles argumentos "sin importar que suceda, el estado, no deja de ser maravilloso que te ocurra, es sentir lo vivo que estamos". Es que... sentir el estado enamorado, no es algo que le pase a todos. Pero sucede un día, uno de mucha lluvia, y pase lo que pase, ya no se puede volver atrás, porque solo existe un adelante. 

PD: Si estas enamorado lo que no esta pasando tiene que ver con lo que no estas haciendo. Y sin importar la correspondencia, que no pase de largo la posibilidad: Hoy podrías estar mucho mejor. Y si quizás decidiste solo estar en un silencio de enamorado.... Diría que no te lo pierdas. 

viernes, 20 de diciembre de 2013

Todos los días puede ser Navidad

De las mezclas salen cosas bonitas. No trata de necesitar para poder hacer sino mas bien de la creatividad del hacer con lo que hay. El que sea perfecto tiene mucho que ver con las intenciones (hablamos de relaciones humanas). Las intenciones inspiran, el coraje inspira, el valor inspira. Y las proporciones hacen que uno se enamore del andar.

Leí en un libro que no recuerdo, de un autor que tampoco recuerdo (¿importa acaso el libro y el autor?) decía algo de los caminos, de cuando a los caminos les toca bifurcarse y que ambos lados lucen en amarillo, lo cual no muestra ni lo peor ni lo mejor de cada lado ¿importa acaso?. En fin, de que los riesgos tratan de eso de la intuición y del error, y de sin importar cual sea el camino elegido hacer con lo que pasa, no con lo que pasara.
Por eso algo del vivir libres pero atentos. Dejarse llevar sin invadir el paladar de varios sabores, sin que se mezclen los olores. Es que cada tiempo trata de algo, y quizás la libertad trata de saber que cada tiempo trata de algo. Respirar libertad tiene que ver con el poder hacer lo que creemos. Y no es poco creer en algo, en alguien. Es que en nuestras creencias somos. Cuando descubrimos que creer, hacer, saltar tiene que ver con la libertad, ahí dejamos de estar atados.
La libertad tiene que ver con el respeto. El amor tiene que ver con el respeto. El hacer tiene que ver con el respeto. El registro del tiempo tiene que ver también con eso. Somos dueños solo de nuestra parcela lo demás es el universo compartido, y ahí somos también un poco de los otros. Porque en los otros somos un poco nosotros.
Y la oportunidad siempre sera calva, y lo que la gente hace es saltar, no soltar.
Nuestro querido siglo XXI y su oferta inagotable de todo. Ya paso de moda ese inagotable. Este estimado siglo del todo, que nos seduce, nos incita, nos prostituye, nos hace si querer dejar de ser la mejor parte de lo que somos. Pero con lo que no cuenta este siglo de ofertas es con los que quieren más, con los que se preguntan cosas, con los que buscan encontrar la verdad, con los valores, con el respeto, con el amor.

Hoy el amor es liquido porque el miedo es el protagonista de nuestra vida contemporánea. Paso de moda estar a la moda. Paso de moda la estructura vacía. Paso de moda la acumulación que nos hace pertenecer a los tiempos que corren. Y lo peor es que todo eso no hizo mas que hacernos ser uno mas. Un posmoderno mas en el mundo posmoderno.

Soy un pedazo de los tres últimos siglos: el romanticismo del siglo XIX, la libertad del siglo XX y la oferta del siglo XXI. Y le voy dando brincos a cada parte. No se bien lo que quiero, y de eso trata, de no saber, pero todos los días despierto con la sed de que el viento me atrape con sus virtudes. De que no me pasen las cosas, que me atraviesen. Prefiero un golpe a un roce. Prefiero quedarme sin nada a cambio de conocer.

Parece que la navidad solo trata de una efectiva campaña de alguna agencia de creativos. Pero esa ilusión que nos venden invita también a otras cosas: a dar, a compartir, a la reunión, a la alegría. Es casi una de las pocas veces en el año, que muy a pesar de lo que el siglo dicte, las lineas se saturan y uno se sienta en la mesa de siempre a comer rico, beber rico, conversar lindo y desear cosas bonitas, dejando el Gucci de lado para ser por unas horas lo que nunca dejamos de ser. Y ahí surgen los olores familiares, los recuerdos ausentes. Y por un rato deja de importar todo lo que atrás paso, porque es navidad y en navidad no importa el cuanto tenemos, los titulas acumulados, los bienes ganados, en navidad uno se reune con ese grupo humano que tan en uno nos hace sentir.
Soy una chica con suerte, a mi la vida me dio mas de lo que busque.


-Revista IT - Diciembre 2013

jueves, 5 de diciembre de 2013

#EspiasDeCopetin: El Frankfurt

Se va señor de mesa. Otro llega y se sienta en el lugar del que se fue. Apoya *extraño sobre madera sobre la mesa. Abre un cuaderno rivadavia azul de esos forrados con papel araña. Hace un llamado telefónico. Dice algo sobre una causa. Guarda el cuaderno en el sobre misterioso. Se queda mirando la nada a través de la ventana. ¿Que piensa?. Pide un agua mineral sin gas.
65 años aproximadamente. Regordete. Panzón. Rasgos de la europa de la lasagna. Cabello grisáceo. Camisa escocesa entre blancos y bordo. Más bordo que blanco. En el bolsillo de la camisa guarda una birome y un pilon de papeles tamaño bolsillo de camisa. Usa jean. Lleva una cadena color plata. Usa gafas mitad de marco metálico. De esas que se oscurecen cuando la luz aumenta. Se sirve agua, toma. Se sirve nuevamente, toma y abandona el vaso. Vuelve  a sacar el cuaderno del sobre y junto al cuaderno una pila de papeles a los que de tanto en tanto les hace alguna anotación. El papel dice algo de "acta... de la ciudad de buenos aires", no llego a leer. Junta nuevamente los papeles, les pone una goma elástica y abre el cuaderno. Cierra el cuaderno y mete ambos al sobre nuevamente. Otra vez observa la nada. Se sirve una tercer vez agua hasta vaciar la botella. De a largo sorbos la va bebiendo. Se queda mirando el sobre. Mira la ventana y vuelve a mirar el sobre. Se saca comida de los dientes con los dedos. Se lo ve preocupado pero no desesperado. Se lo ve cansado. Vuelve a beber agua. Toca el sobre, lo acerca unos centímetros hacia él. Se cruza de brazos ¿esta esperando a alguien?. Se humedece los labios. Hace gestos de pensar con sus manos. Una señora de otra mesa se levanta y él se la queda mirándo. Le sigue el recorrido por la ventana. ¿Termina el agua sin gas y se va?. Cada tanto hace un sonido particular con la boca, como un silvido, un ruidito.
Toma nuevamente el sobre. Saca el cuaderno. Lo abre. Hojas saturadas de escritura. Toma el movil y *disca. Se queda a la espera. Deja un mensaje de voz, no se distingue lo que dice. Los mensajes de voz siempre se dejan tres o cuatro tonos por debajo del promedio habitual en el que uno suele comunicarse. Escribe algo en el cuaderno. Es diestro. De esos que prensan la birome casi desde la mitad y juntan el indice y el gordito. Tinta azul. El promedio dice que la gente mayor a 50 no usa tinta negra, un habito de sus tiempos de escolaridad. Relee el texto. Vueve a *discar. Espera. Nuevamente deja un breve mensaje de voz, nuevamente en dos o tres tonos por debajo del habitual. Lee la pagina de lado a la que escribió. Continua a la siguiente. Subraya algo. Vuelve a la pagina anterior y subraya algo tambien. Retrocede en la lectura. Vuelta atrás y otra vez hacia adelante. Corrije acentos. (El mesero del lugar tiene unos 45 años aprox. Es de Galicia). Continua escribiendo breves anotaciones. Mira el vacio y retoma la lectura. Cierra el cuaderno. Mira por la ventana. Se cruza de brazos. Me mira. Mira la ventana. Pasa el rato. Se sonríe. Se acomoda sobre la silla. Parpadea. Parpadea. Parpadea. Pasa el rato. Guarda el cuaderno nuevamente en el sobre madera. Apoya el mentón sobre su palma. Hace el gesto de la estatua que piensa. Se quita las gafas, refriega su ojo izquierdo. Se pone nuevamente las gafas. Se muerde la mitad del labio y sonríe. Se cruza de brazos. Se quita las gafas, rasca nuevamente su ojo izquierdo. Se temina el agua. Pasa el rato, cruzado de brazos, mirando por la ventana ¿porque no se va?. Sonrie. Se acomoda sobre la silla. El ojo izquierdo lo tiene algo más caído que el compañero, lo entrecierra. Palpa el sobre con los dedos. Hace como un juego entre dos de sus dedos y el lateral del sobre. Deja de hacerlo. Se cruza de brazos. Creo que ya sabe que lo observo. En la mesa de al lado una mujer cerca de los 50 años conversa con una pareja cerca de los 80. Sobre la mesa hay un frasco de orina hasta la mitad. De tanto en tanto ella, la mujer mas joven, chequea que la tapa roja del frasco este bien cerrada. 
Nuevamente lleva la mano a su cara en gesto preocupado. No comió las papas de copetín que la casa invita a cada cliente por consumir. (La orina de lado a las medialunas. La vejez pierde limites). Acomoda el sobre. Se queda largo rato de brazos cruzados mirando por la ventana. Observa al mozo. Mira de lado a lado. Nuevamente la mano a la cara. Algo le preocupa. Alguien no le atiende los llamados. Se acomoda en la silla. (¿Porque los de la mesa de al lado se ríen y comen medialunas mientras la orina esta ahí?). Revolea los ojos. Mira la hora. (¿De cual de los tres será la orina?). Creo que quiere pedir la cuenta. Se acomoda los huevos, sutil pero se noto. Pasa el rato. Toma el movil nuevamente y *disca. Espera. Alguien responde del otro lado. Corta rápido, "bueno" dice. Nuevamente el ruido con la boca. Se para, se acerca a las heladeras. Observa. Se acerca al mozo y le pide algo. De regreso a la mesa se detiene nuevamente frente a las heladeras. Toma asiento. Pasa el rato. Otra vez el sonido con la boca. Agarra el sobre y saca el cuaderno azul. Lo abre al azar (casualidad presente). Busca entre las paginas. Tacha algo y escribe. Da vuelta la pagina. Se acomoda sobre la silla. Da vuelta la siguiente. Se detiene. Se acerca. Se vuelve a su lugar. Toma el sobre, le da la vuelta. Anota en el cuaderno algo que lee del sobre. No se alcanza a leer desde aca. Pone el sobre nuevamente debajo del cuaderno. Cierra el cuaderno y lo guarda nuevamente en el sobre. Pasa el rato. Bosteza con la boca bien abierta. Me mira. Pasa un buen rato. Se levanta de la mesa, se acerca a la barra. Cruza palabras con el mozo. Le pide la cuenta. Le da dinero. Vuelve a la mesa. Se sienta. Se levanta. Va al baño. Regresa. Toma un paquete que se encuentra sobre la barra. Toma el sobre que dejo sobre la mesa. Y sale. 
Entra otro hombre, uno mas joven. Se sienta en su lugar.
 

martes, 19 de noviembre de 2013

¿Si el amor deja de ser cursi seguirá llamándose amor?

Cara de emoticon bobo. Infinitos papelitos con mensajes de puño y letras de corazón. Cartas, de amor, de despedida, de reflexión, de perdón. Tarjetas de aniversario, de cumple mes, de cumple día. Compilados de música, canciones que dicen, canciones que suenan, canciones que cantan palabras propias. Sorpresas. Desayunos. Besos en vivo, besos por mail, besos por celular. Fotos. Recuerdos. Memoria ram. Memoria R.E.M., vos. Cosas que me recuerdan a vos. Cosas que te gustan a vos. Cosas. Objetos de amor, con amor. Mensajes de bolsillo. Que te vayas para extrañarte. Correr a verte. Saber que vas, que voy, que siempre volves. Volver. Se va uno solo para volver. Y las palabras de siempre. ¿Cuanto? hasta el cielo. Hoy la luna es tuya. ¿En kilómetros? ida y vuelta hasta china hasta que los pies dejen de ser pies.

¿Se puede querer más? es que el corazón si quiere más se puede romper. Sístole y diástole. El último aliento se recupera cuando cruzas nuevamente la puerta. Que el último apague la luz y cierre la puerta. Y las luces de navidad iluminan por pedacitos la cara y es con la mano que se completa los espacios que vacíos parecen pero ahí es que están.

¿Todos piensan que los que hacen ositos de peluche le dan un beso amoroso antes de guardarlo en la caja con el montón de hermanos ositos?.

Entre un montón de folletería que muchas veces termina en una caja con nombre y apellido, o en un asado de despedida: prendemos fuego el amor y lo vemos apagar o lo archivamos en la parte más oscura y lejana de un placard.

El siglo XXI nos traicionó, hoy los recuerdos no se puedan tocar y sin querer los recuerdos se pueden borrar, y el tacho de basura virtual automáticamente se borra. Ya no se puede correr dos cuadras el camión de basura suplicando "¡mi caja por favor!". Las maquinas no sienten, el señor que recoge la basura si. Así como los libros digitales no se pueden dedicar. Porque hasta las letras escritas se pueden tocar y con el dedo hacer el recorrido de las palabras. Y si le damos crédito al tacto hasta es posible hacer realidad virtual con quien escribió.

Hay tanto pop porque se perdió el rock. Si que hoy un encuentro casual es lo menos casual en nuestras vidas.

Amor amor amor. ¿No era solo eso lo necesario?.
Believe me darling!


-Cosmo, Octubre 2013